El amor

Written in

por

El miércoles 1 me despidieron de la empresa en la que trabajaba. No hay drama por esto, las cosas pasan por algo y en este caso tengo claro por qué. Además, sólo hay que permanecer en lugares donde puedas desarrollar tu arquetipo. Y mi sueño de la semana pasada, ese que narraba en La fluidez, fue premonitorio del desenlace final y de que mi culo ya no descanse en las maravillosas tierras gallegas. La historia es hasta cómica, pero hoy no voy a hablar de ello. Ya lo haré si lo amerita, que igual tampoco, pero hoy no. Hoy voy a hablar de la cosa más importante entre las importantes; el amor.

El miércoles 8 es el día internacional de las mujeres, día de la celebración de la lucha de todas y todos por la igualdad y día para la reivindicación de lo femenino, tanto en los hombres, como en las mujeres. Y de paso, si pudiéramos pedir un extra, es un día para promover el correcto equilibrio entre lo femenino y lo masculino en todos los Sapiens. Porque el desarrollo sano depende, en gran medida, de dicho equilibrio y es lo que al final del camino, nos convertirá en viejas sabias y viejos sabios. Ya saben de la importancia de la dualidad, el Yin y el Yang, la materia y el espíritu, la luz y la oscuridad, el otro y uno mismo, el gozo y el sufrimiento. La vida, en resumen.

Pero se da la circunstancia de que, además, el 8 de marzo es el cumpleaños de una mujer en concreto, una muy especial y con la que tengo la suerte de compartir la vida. Se llama Iris, nos conocimos hace seis años en una escuela de Psicología Profunda sita en la c/ Mateo Inurria de Madrid.

Era viernes, abril y empezaba a oler a primavera y a anochecer tarde, en esta ciudad que amo y odio, a partes iguales. Yo estaba parado en el portal número 11 de la calle, buscando en mi teléfono el piso para tocar el telefonillo. Al levantar la cabeza había alguien delante de mí que, sonriendo, porque Iris siempre te mira sonriendo, empujaba la puerta y me preguntaba si iba a… un nombre que no entendí, pero que era el de la escuela Anthropos. Continuó diciéndome que los viernes la puerta estaba abierta, sin haber podido yo responder aún a la primera pregunta. Así que la seguí y llegamos juntos al descansillo de entrada a la escuela, donde nos abrieron. Desde aquel día no he dejado de seguirla. Es verdad que, hasta bien entrado el año siguiente no terminó de cocerse nuestra relación. Porque lo del flechazo del amor es real, pero como bien advierte Rafa Pons en su canción, nos olvidamos fácil que los flechazos duelen y a nosotros, nos dolió durante un tiempo, hasta que ella dejó al novio con el que estaba.

Yo lo intenté todo, bien laburante que soy, pico y pala, pico y pala, y hasta le mandé a mi padre como paciente, en ese trabajo de conquista que desplegué. Lo dejo en tus manos, le dije. Coincidirán conmigo en que no hay mayor prueba de confianza que eso :). De hecho, hace tres años tuvimos (tuve) una crisis de amor y en pleno confinamiento fue él, mi padre, quien un día, contra todo pronóstico, porque mi padre nunca se ha metido en mi vida, ni me ha dado consejos no solicitados, ni me ha dicho que estudie, ni que trabaje, ni que entre, ni que salga. Mi padre, que es el ser menos intrusivo de la tierra, viejo sabio, me llamó para decirme, hijo mío, no entiendo qué mierda haces que no estás con Iris pasando juntos esta pandemia.

Aquel día de Mateo Inurria supimos que había una oportunidad de hacernos viejos (y ojalá sabios) juntos, tres años después, cuando yo dudé, llegó mi padre y me rescató de mi pozo (gracias Papá) y seis años más tarde, aquí seguimos trabajando el amor con alegría y afrontando cada día con la mejor cara posible. Y lo escribo hoy porque me da la gana y porque cuando el miércoles le conté por mensaje de whatsapp que me habían despedido, me contestó con otro mensaje, en este caso de audio, que decía «¡ostiaaaaa, nos vamos a tomar un vinooooo!. Así, arrastrando la aaaaa y la ooooo.

Porque Iris es así, alegre, positiva, cercana y con una fuerza increíble para levantarse cuando la vida, esa que decía arriba que se rige por la dualidad entre lo bueno y lo malo, entre la felicidad y el sufrimiento, le da golpes. Es preciosa, y además es psicóloga, kinesióloga, acupuntora diplomada en medicina tradicional china, la pequeña de tres hermanas y tiene una capacidad bárbara para estar presente y sostenerte con dulzura y firmeza, cuando el golpe te lo da la vida a ti. Y esto lo aplica con sus pacientes, con su familia, con sus amigos y con cualquiera que se cruce en su camino.

Y, efectivamente, nos fuimos a tomar un vino al Cachivache de nuestro barrio sosaina. El encargado se llama Ángel y es un tipazo, y lo primero que le dijo a Iris cuando nos vió, fue que estaba jodido por un dolor de espalda, producido por dos hernias en la L3 y en la L5. Él no sabe que Iris es terapeuta, pero hay algo inconsciente que hace que sea ella la receptora del malestar humano, tanto físico, como psicológico, si es que se pueden separar, que sabemos que no. Le contó el detalle de su dolencia y la recomendación de sus médicos, e Iris estuvo a punto de sacar las agujas para pincharle en algún meridiano. No lo hizo, pero no queda mucho para que Ángel vaya a la consulta de Iris a tratarse.

Tomando el vino volvimos a mi sueño de la semana anterior y a la interpretación en detalle del mismo, que también sabe mucho de eso. Reconocimos lo potente que es el mundo interior, ese que queramos o no nos empuja hacia el camino correcto, tanto mientras dormimos, como con plena conciencia. Aunque nosotros, atrevidos y presuntuosos Sapiens, seamos especialistas en, usando nuestro Yo egoistilla y fanfarrón y nuestra dotación divina, contarnos milongas nonstop sobre lo que debe ser nuestra vida y depositemos fé ciega en los preceptos con los que la opinión pública dominante nos bombardea desde pequeños. Tenemos integradísimo eso de que estaremos bien en un supuesto futuro mejor, cuando pasen tal y tal cosas, vinculadas a los ceros en la cuenta corriente o a los likes en redes sociales. Pensamos que, la aprobación de los demás, ya sea en forma de palmada en la espalda, aumento del valor de la acción, crecimiento de la facturación, o incremento de los followers, convertirá nuestra vida en un placentero viaje. Y mientras tanto, aguantamos parejas tóxicas, jefes temerosos, trabajos monótonos, políticos idiotas y lo que es peor, cuando lo pasamos mal, que es inevitable, bajamos la cabeza para ver Instagram o TikTok. la subimos para ver Netflix, o la malgastamos para poner gilipolleces en Linkedin. Todo, para intentar no escuchar a nuestro mundo interior, ese que, de manera tozuda. nos indica el camino correcto y que es la única vía para volver a confiar en nosotros y para dejar, por tanto, un mundo mejor del que encontramos.

Haciendo una analogía con el mundo vegetal, esta manera de actuar, en contra de nuestra esencia, es como si siendo plantas, por nuestros santos cojones y ovarios (pistilos y estambres), nos empeñáramos en que las raíces crecieran hacia el sol y las hojas se enterraran en la tierra. Y como no lo conseguimos, inventamos cosas artificiales para evadirnos y hacernos los tontos. La esencia de las cosas que creó y ordenó la Naturaleza, Dios, o póngale usted el nombre que más se ajuste a su sistema de creencias, ni el Sapiens, tan dotado para muchas cosas, es capaz de modificarla.

Y el amor por uno mismo, que no es otra cosa que acertar a seguir el mundo interior de cada uno y, si lo consiguen, después el amor de pareja, son lo único que nos hará trascender en esa vida tan llena de cambio, de dualidad, de bien y de mal. Lo demás, todo, se ordena solito cuando estamos en eje. Y llega la abundancia y el trabajo y el éxito y el reconocimiento, signifique lo que signifique cualquiera de esos conceptos invisibles. Pero con calma, porque nada dura para siempre y al poco, estaremos de nuevo en el otro lado. el chungo y habrá que empezar a remar de vuelta.

Y con todo, vivir es maravilloso y tenemos la obligación de hacerlo porque, como decía el otro día, somos todos un milagro con patas en constante búsqueda del amor, como Pedro Pascal en The Last of Us. No se pierdan el lunes el próximo episodio, que las series buenas con guión de Craig Mazin, sí ameritan que levantemos la cabeza para verlas.

Pasen un fin de semana maravilloso y amen, por favor. Yo tengo una ilusión tremenda porque por fin voy a poder trabajar a full en los nuevos proyectos que estaban encima de la mesa; la escritura, Playstation, Cadalogo con su Lema… Cosas bonitas y estimulantes, con personas íntegras y alineadas con su eje.

Y muy feliz cumpleaños a dos de mis amores; Iris, que el 8 cumple 41 y Berta, mi hija menor, que el 10, cumple 14.

Etiquetas

3 respuestas a “El amor”

  1. Avatar de Isabel del alba
    Isabel del alba

    Buenos y brillantes días Gonzalo y
    Felicidades por ese despido , se cierra puerta, se abre puerta , te envío luz para esos nuevos proyectos que espero compartir.
    Mi agradecimiento por este regalo, poder comenzar el día leyendo sobre el amor, que es la vida y saberos en esa unión, en ese camino , en ese trabajo, en este momento
    Admiro tu don para escribir y poderlo compartir
    Gracias y buen fin de semana
    Aaahhhh!!
    Felicidades a esas dos mujeres

    Me gusta

    1. Avatar de Contrafantasma

      Muchas gracias Isabel, muchas gracias.

      Me gusta

  2. Avatar de O paleto enmascarado
    O paleto enmascarado

    «La historia es hasta cómica, pero hoy no voy a hablar de ello. »
    Cuenta, cuenta

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: