He pasado la noche en el Hotel Intercontinental de Shanghai. El motivo, tenía que investigar qué hace China con el dinero que le factura a Inditex. Me alojaba en una habitación que, en lugar de cama, tenía una mesa de despacho y un mueble de oficina para guardar mis cosas. Imagino que no había cama porque yo ya estaba durmiendo en la mía, con el nivel de glucosa en sangre bastante en el límite por abajo. Todo muy normal.
Había más gente conmigo, pero al despertar no recordaba quienes eran. Lo que sí recuerdo es que un camarero nos traía algo y nos contaba, al identificar que éramos españoles, que Jorge Valdano venía mucho a alojarse a ese hotel. Yo le preguntaba a él de dónde era, porque tenía rasgos latinos y hablaba bien el inglés. Nos decía que era de Sichuan, en concreto de la ciudad de Chengdu. Eso abrió otra conversación, porque yo recordaba que hace quince años, trabajando en Zinkia y en uno de aquellos viajes a China, tuvimos que aterrizar en el aeropuerto de Chengdu y pasar noche allí, porque en Hunan, que era donde íbamos, estaba cayendo la mayor tormenta de nieve de los últimos 40 años.
Antes de esto, en el mundo exterior y durante toda la jornada, había estado con ese grupo de amigos con el que me junto una vez al mes para bailar, contar, escuchar, compartir comida, hacer la croqueta y darnos masajes, en un antiguo adosado de la calle Manipa de Madrid. Todo muy normal también.
El tema de ayer era el segundo chakra, ese que tiene que ver con la dualidad, con la relación y el equilibrio entre lo masculino y lo femenino, la fluidez, el movimiento, el cambio, el placer y que también rige nuestra relación con los otros. Nos habían pedido que llevásemos objetos personales valiosos, porque al final íbamos a construir un altar para el Dios Fuego, en el que iban a depositarse dichos objetos, junto con la llama, las flores y dos suculentos platos de fruta. Yo llevé el corazón verde de la foto y la miniatura de oso panda con cría que me regaló Iris hace no mucho, porque le dije que esos eran mis juguetes favoritos cuando era niño. Y los puse ahí, al lado de la arena del desierto de Regina y de los pendientes que le regalaron sus hijos a Araceli, que le encantan, pero que nunca se los pone.
Acabada la animada charla con el camarero del hotel y convencido de que nos acababa de meter un golazo, ya que en realidad era boliviano y no chino, nos fuimos a completar nuestra misión de investigación. Tras unas cuantas vueltas random por la ciudad de Shangai, descubrimos que el dinero que Inditex paga a sus proveedores chinos, finalmente llega todo a una única empresa y que ésta era, en realidad, una tapadera del gobierno del país para lavar dinero y destinarlo a fines oscuros.
Al levantarme he comprobado que mi glucosa estaba en 72 y que buena parte de la noche había estado por debajo de rango.
La fluidez tiene que ver con el reconocimiento de que la vida es movimiento, que va al ritmo de la vibración externa, de los ciclos vitales de la naturaleza, de la noche y el día, de las estaciones, de los ciclos lunares. Y también con el movimiento consciente de nuestro yo y los porqués que lo rigen; por qué trabajo en esto, por qué doy importancia a esto otro, donde pongo mi foco, qué valoro, qué hago con mi energía. Fluir es conseguir el equilibrio entre lo interno y lo externo, y supone dejarte llevar, no resistirte, reconocer que hay más cosas que las que vemos, tocamos, pesamos, contamos o medimos. Que lo invisible cuenta y que, queramos o no, la vida nos lo pone constantemente delante, aunque sea mientras dormimos.
Mi sueño me dice que la parte de mi energía que proviene de los roles que encarno en la sociedad, se destina a fines poco éticos, corruptos. Sé que son los roles, porque Inditex es una empresa que fabrica prendas de ropa y la ropa es la manera como nos presentamos en sociedad, cómo nos vestimos es qué representamos. Y me dice también que no es una parte pequeña de mi, porque Inditex es una empresa enorme, que supongo destina mucho dinero a pagar a sus proveedores chinos. Con lo cual, buena parte de la energía que genera mi manera de presentarme en público la dedico a fines, digamos, corruptos. O lo que es lo mismo, que dedico mi energía a cosas que no van a favor de mi mismo, de mi fluidez.
A ver si dejo reposar el sueño y la jornada de ayer, y consigo fluir un poco más. Ir tras el corazón verde y volver a ser el niño que jugaba con las miniaturas de oso panda con cría, son parte de ese camino y eso es lo que le pedí ayer al Dios Fuego. Mientras tanto, hoy descansaré de tanto ritual y tanto viaje nocturno y me centraré en pasear al sol, comer con los primos y mantener mi glucosa en rango.
Pasen un buen domingo y den importancia a lo que sueñan, porque nos dice cosas importantes. Si no tienen la suerte de tener a una psicóloga que interpreta sueños en casa, como me pasa a mi, vayan a ver a una y verán cómo les ayuda a fluir más y mejor.
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