«Adentro llueve y parece que nunca va a parar…», dice la canción de la banda uruguaya No te va A gustar. La primera vez que el Contrafantasma escuchó ese tema estaba de camino a Ezeiza para tomar el vuelo de la noche a Madrid. El trayecto en el remís se hizo eterno, como siempre. Y al tiempo que sonaba la música, recordaba las esquinas que había doblado en Buenos Aires de la mano de aquella mujer. Se quedó escuchando la canción en bucle, en uno de esos primeros iPod que tenían ruedita, eran gruesos y con pantalla azul. Tenía apenas 30 años y estaba dejando atrás una sensación que intuía iba a ser difícil de recuperar.
Más de década y media después, la canción aún le pone una sonrisa en la cara y sigue doblando esquinas, aunque ya no son exteriores. Y la sensación aquella sigue apareciendo de cuando en cuando, porque la canción continúa y la lluvia de adentro si que para.
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