En todas las acepciones de la palabra espíritu encontramos una coincidencia, y es que ese término siempre alude a algo invisible. Espíritu viene del latín spirare, soplar y a su vez se asocia a la raíz indoeuropea (s)peis, también soplar, y que seguramente es onomatopeya del sonido que hacemos al respirar. Así que espíritu está muy relacionado con respirar y por tanto con el aire, que también es invisible, El aire no se ve pero tiene efectos, dicen que los muertos son como las aspas de un ventilador en movimiento, que son invisibles porque se mueven en otra frecuencia. Pero dejemos a los muertos y hagamos otra analogía, en este caso con el alcohol, que estamos en España, y en concreto con el de las bebidas llamadas espirituosas, cuyo alcohol no se ve, pero que tiene efectos muy notables si te pasas con las copas. A ver si nos abren los bares pronto.
El aire se respira y respirar tiene dos actos, inspirar y expirar. Inspirar (estar inspirado) tiene que ver con la creatividad y la creatividad relación con la creación, y el estado creativo con la ausencia de estrés por sobrevivir, que es lo que nos pasaba como sociedad antes del confinamiento, y un poco también ahora, pero por diferentes motivos (como escuchar a políticos). Estar en estado creativo es estar, sin importar el cuerpo, el tiempo y el espacio, y por eso pasa todo tan rápido cuando estamos inspirados con algo. Ese algo puede ser cocinar bizcochos, limpiar la casa, hacer tábata con tu pareja, leer a Alejandro Dumas, escribir un diario, hacer excel con los nuevos escenarios catastróficos, hablar con tu vecino del balcón de enfrente, hacer ganchillo, o jugar a la Brisca, o al Minecraft. Y crear es sin duda cosa de genios, de humanos acercándose a lo divino. Y lo divino (ay lo divino…), es lo que cada uno es en esencia y sobre todo, en ausencia. En ausencia de presión familiar, social, educativa, laboral, marital, fiscal y horaria. Lo que pasa es que esta divinidad que somos cada uno, solo se hace visible si tu genio tiene que ver con algo público, osea ser artista, futbolista, político o empresario… y además de éxito. Bueno, menos político, que puedes ser muy malo y de muy poco éxito y seguir pintando la mona. Cualquier otra dotación pasa desapercibida para muchos, para casi todos. Pero no debe de pasar desapercibida para ti. Y siento que estos meses están haciendo visibles a muchos genios, a mucho ser creativo, divino. Si además somos disciplinados y persistentes, esta genialidad va a cambiar las prioridades del sistema para hacerlo más espiritual. Vamos a cambiar para tener una imagen completa del mundo. Vamos a cambiar el mundo.
Y es que hoy es domingo y mucha culpa de la mala evolución de lo espiritual la tienen las confesiones religiosas. Las confesiones y el materialismo, para ser justo. Las confesiones y no la Religión, que significa re-ligar, volver a unir al individuo con lo divino en él. Las confesiones han tratado mal a lo invisible desde siempre, desde que se convirtieron en poderosas y luego en negocio. Las confesiones no han conseguido explicar ni transmitir la experiencia divina, y en esas llegó el materialismo y se las llevó por delante. Primero el capitalismo y luego el comunismo.
Y es que capitalismo y comunismo se basan en una imagen del mundo incompleta, exclusivamente materialista. No contemplan las realidades invisibles, las del espíritu, las del aire. No permiten que seamos imagen y semejanza de Dios, no dejan que uno sienta, piense, tenga conciencia, sueñe y en última instancia, sea divino. Porque Dios es Amor, ya lo dice la canción aquella de misa. Y el amor tampoco se ve, pero ¿quién dice que no existe, o que no es importante?. Y sí, el amor, además, mueve montañas.
La sombra existe porque hay luz. En el mundo exterior, el de la materia, es sencillo encontrar las sombras, solo hay que pararse y mirar. En nuestro interior es más difícil, porque lo que alumbra no es el sol, es el arquetipo, lo divino, el amor. Usemos ese foco para alumbrar lo que pasa por dentro y luego salgamos a la calle con nuestros hijos, por un kilómetro y una hora. O lo que el interior de cada uno diga.
Feliz domingo. Viva lo invisible.
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