«[…] When you think you have to want more than you need, until you have it all you won´t be free […]. When you want more than you have, you think you need, and when need more than you want, your thoughts begin to bleed, I think I need to find a bigger place, cause when you have more than you think, you need more space […]. There´s those thinking more or less, less is more, but if less is more, how you´re keeping score? Means for every point you make your level drops, kind of like starting from the top, you can´t do that […]. Society, you crazy breed I hope you´re not lonely without me […].
Al Contrafantasma le había costado aprender la letra tanto como el trabalenguas del califragilisticoespiralidoso de su infancia, pero le hacía sentir cosas esa canción. Música y letra de Eddie Vedder, en 2007 formó parte de la banda sonora de «Into the Wild», película basada en hechos reales, que narra la vida de un joven norteamericano que renuncia a las supuestas comodidades de nuestra sociedad y opta por desprenderse de todo y de todos, e ir a Alaska a vivir en la naturaleza. La opción es radical y arriesgada, pero parte de un planteamiento profundamente humano: ser. En lugar de tener.
El Contrafantasma compartía la tarde con su amigo migrante, que años atrás había marchado en busca de poder ser más de lo que era aquí. Hablaron como siempre, desde el ser de cada uno y obviando todo lo demás. Llegaron pronto a la verdad y sintió el alivio que resulta de no tener que tener, de no tener que deber ser. Un poco trabalenguas también, y cierto es que el Starbucks no invita demasiado a profundizar, pero es lo que tiene no vivir en los bosques de Alaska. Al salir no le dio tiempo a decirle que cuando le ve encuentra su ser, el mismo que cuando se conocieron en la escuela a los 9 años. Y tampoco a darle las gracias.
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