Estoy rehaciendo mi CV y tengo dudas. Hacer el CV desde el futuro es más sencillo que desde el pasado, pero aún así, me está resultando difícil.

Empezando por mi nombre, al que siempre he tratado mal negándole la mitad de su esencia, ese segundo apelativo en honor a mi padrino Rafael. Me llamo Gonzalo Rafael, lo dice mi DNI y lo dicen mucho en la Seguridad Social en cuya base de datos, por lo que sea, se debe ver mucho mejor lo de Rafael que lo de Gonzalo.

– A ver… Vela… Rafael, ¿es usted, verdad? -, me dice la enfermera al leer en su listado de citas del día, cuando acudo a recoger los sensores de glucosa en el centro de salud del barrio sosaina donde vivíamos antes. Yo siempre contesto que sí y desde hace años no trato de corregir el error. Eso es, Rafael Vela, ese soy yo.

No sé bien qué es lo que pasa con mi primer nombre, ni con mi primer apellido, ni con el primer apellido de mi segundo apellido (que es Sagi, con ge, guión Vela, con uve), pero no fluyen. Y por eso he reducido el tema a la mínima expresión: Gonzalo Guirao, Gon Guirao, G. Guirao, Guirao, get out, out… O Rafa Vela, que también funciona.

Edad. Aquí no hay dudas, cincuenta. Eso sí, los cincuenta de hoy son los treinta de los noventa. He visto fotos de mi padre cuando tenía mi edad y tengo que decir que parecía mi padre (guiño, guiño). Hoy mi padre sigue pareciendo mi padre y yo parezco mis hijas, al menos por el outfit que manejo, que me visto como cuando iba a la facultad. Mi madre me decía Gonzaloooooo…, así arrastrando la o y con puntos suspensivos, cuando pensaba que no iba correctamente tuneado para según qué ocasiones especiales.

Mi madre ganó el mundial de manejo de los puntos suspensivos más veces que Rafael Nadal el Roland Garros. Eso no lo voy a poner en el CV, pero es muy importante porque desde que ella murió nadie me dice Gonzalooooo… aunque en algunos noto caras que quieren decir lo mismo, pero sin la legitimidad campeonil de mi madre. El silencio de los puntos suspensivos de mi madre contenía ricos ensayos sobre diferentes materias. Esos tres puntos suspensivos mudos, espirando el aire de sus pulmones, te hacían ver la luz y, a veces, conseguían cambiarte de ropa.

Mi padre los usa menos y los pone antes de empezar las frases, lo que genera muchísimas dificultades. Poner los puntos suspensivos al empezar una frase hace que te metas en un bucle de pensamientos infinito que no permite que arranques, impide el movimiento y con el paso tiempo termina quemando el procesador.

La vida de mi padre sin mi madre está transcurriendo entre puntos suspensivos, pero eso tampoco lo voy a poner en el curriculum. Son cosas mías y de él.

Los datos de contacto los tengo claros: mi correo electrónico, mi número de teléfono, mi dirección., mi usuario de X, la dirección de mi blog, mi canal de Twitch, mi perfil de Substack, el link a mi podcast, mi TikTok, el Instagram…, en total media DINA4 de datos de contacto.

En la definición de lo que soy con un solo párrafo empiezan los problemas, porque lo que soy no existe, es solo una ilusión compartida para poder funcionar y contribuir con esa ilusión a que, entre todos, podamos reproducir nuestra especie y que los ciclos de la vida sigan sucediendo. Así que he puesto las únicas certezas que manejo: que soy un milagro de la naturaleza porque aquel espermatozoide de mi padre fecundó aquel óvulo mi madre, a pesar de la píldora anticonceptiva que ella estaba tomando en aquel momento y juntos consiguieron dividirse celularmente hasta llegar hasta donde estoy hoy, sentado escribiendo este CV, motivo por el que por hay que dar las gracias todas las mañanas. Que no tengo mérito alguno en haber llegado hasta aquí, ya que todo se lo debo a lo sucedido en el mundo antes antes del momento presente. Que precisamente lo único real es el momento presente, motivo por el que todo lo que escriba en este CV carece de objetividad. Que en mi caso, lo personal y lo profesional no son diferenciables. Que lo que he hecho hasta la fecha ha sido producto de las circunstancias de la vida y que me he equivocado muchas veces, precisamente por querer influir en dichas circunstancias. Y por último, que creo mucho en lo metafísico.

Va a flipar cuando lo lea quien lo tenga que leer.

Experiencia profesional: mi perfil de Linkedin, what else?

Educación. No creo en el sistema educativo, me parece un chiste lo de las titulaciones, lo que cuestan esas titulaciones y lo poco que aportan. La autoridad se consigue siendo autor de cosas, punto.

Personalidad. Siempre pongo mi perfil de personalidad del BIG5: altísima apertura mental, bajísima cordialidad, media extraversión, bajérrima responsabilidad y máxima estabilidad emocional.

La personalidad es el resultado de la interacción entre lo que traemos de serie tras ese proceso de división celular que decía arriba y el entorno familiar, vecinal, escolar, social, cultural, antropológico. filosófico y espiritual que nos precede, nos construye y nos acoge.

Idiomas. Escucho.

Otros datos de interés: no.

Pasen un buen fin de semana y respiren sus puntos suspensivos como lo hacía mi madre, ya verán que funcionan como agentes de cambio.

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